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Wellness en casa

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Familia

Wellness en casa

De acuerdo con el Global Wellness Institute, una entidad internacional sin ánimo de lucro que pretende educar a las personas y a las empresas sobre la importancia del bienestar (wellness), los orígenes de este concepto, que se popularizó en este nuevo siglo, habría que encontrarlos en las prácticas ayurvédicas de la India, o en la medicina tradicional china, miles de años atrás.

Según el Oxford English Dictionary, la primera vez que se registró el uso de la palabra wellness (lo opuesto a enfermedad en inglés), fue en 1650, en el diario del juez escocés Sir Archibald Johnston. Sin embargo, el término, tal y como lo conocemos hoy, fue acuñado por el médico estadounidense Halbert Dunn, en 1950. El bienestar siempre ha estado en nuestras vidas pero el marketing lo hizo visible, especialmente, en las últimas décadas; y las redes sociales lo han viralizado.

Después del terror causado por el covid-19, la búsqueda del ‘bienestar’ ha ganado millones de adeptos en el mundo. Seguro que te has sumado a ellos y hoy cuidas mucho más de tu salud física, mental y espiritual. Las tendencias que verás a continuación te ayudarán para seguir avanzando por la ruta del wellness (si no lo estas haciendo, es un buen momento para empezar).

Círculos femeninos

“Si sana una, sanamos todas”, dice Oriana Navarrete, quien lidera Diosa Lunar, un proyecto de exploración del universo femenino en Bogotá. “Como lo ha escrito la psiquiatra estadounidense Jean Shinoda Bolen, cuando un número importante de personas cambia su modo de pensar y de comportarse, también lo hace la cultura y comienza una nueva era. Hoy somos las mujeres las llamadas a gestar y parir ese cambio, a volver a nuestro propio ser y recuperar la sabiduría de los ciclos”.

Los círculos de mujeres son talleres o encuentros presenciales de entre 10 y 15 participantes, que pueden durar unas cuantas horas, o incluso algunos días (cuando se realizan retiros). Las temáticas varían, pero son, ante todo, espacios de terapia y de sanación. Las involucradas se sientan mirándose unas a otras formando un círculo, figura que tiene muchas conexiones con el universo femenino (evocalos ciclos vitales). Y es un círculo personal e igualitario, aquí no hay jerarquías, no importan las profesiones, los ingresos económicos o la edad. Todas las voces cuentan; todas las voces suman.

En estos encuentros se suele hablar de temas como la maternidad, los des- equilibrios en los ciclos menstruales, la fertilidad asistida, la revitalización del útero, la estimulación de la energía creati- va, el aborto, la sexualidad, los trastornos mentales, las carencias, la autoestima.

Como afirmó Shinoda Bolen en uno de sus libros, las conversaciones e intercambios que surgen en dichos espacios tienen la capacidad de transformar vidas. Y, como lo menciona Navarrete, “en estos círculos nos damos cuenta de que no estamos solas, que tenemos procesos, alegrías, y heridas similares; que son más las cosas que nos unen que las que nos dividen. Uno de los grandes objetivos de estos momentos sagrados es generar y construir comunidad, sentirnos acompañadas y apoyadas en las distintas etapas de la vida”.

Los círculos de mujeres, cuya práctica no para de crecer en Colombia, son ya muy habituales en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido; y en países de Latinoamérica como México, Chile y Argentina.

Shinrin-yoku

“Somos seres vivos y estamos interconectados con el mundo. También somos seres simbólicos que vuelven a asentarse y a recuperar el sentido de pertenencia, al reconectarse con la Tierra”, afirma la psiquiatra Rocío Barrios, quien les recomienda a sus pacientes, y a los lectores de este artículo, fortalecer su conexión con la naturaleza. Hay múltiples formas de hacerlo, a través de terapias hortícolas, es decir, en presencia de plantas; con floriterapia, en la que se utilizan esencias naturales de flores; y otra muy popular, al menos en Japón, es la que algunos investigadores nipones deno- minan shinrin-yoku, baño de bosque (o baño forestal).

Se trata, simplemente, de ir a una zona boscosa, permanecer en su entorno y contemplar su paisaje, sin realizar ninguna actividad física intensa (se vale caminar lentamente). Se trata, claro, de estar inmersos en el momento presente, en el aquí y el ahora, habitando ese espacio natural. “Shinrin-yoku es como un puente”, nos dice Qing Li, profesor clínico, presidente de la Sociedad Japonesa de Medicina Forestal e inventor de este concepto. “Al abrir nuestros cinco sentidos, se cierra la brecha entre nosotros y la naturaleza”.

Según Li, esta práctica de medicina alternativa forestal puede contribuir al buen funcionamiento del sistema inmu- nológico, al aumento de las proteínas anti cancerígenas, la reducción de las hormonas del estrés, la regulación de los sistemas nerviosos simpático y parasimpático, y el mejoramiento de la calidad del sueño y del estado de ánimo.

Si quieres practicar la medicina forestal, puedes hacerlo en soledad, con amigos, o el acompañamiento de un terapeuta. “Mi recomendación es que cada individuo disfrute del shinrin-yoku de acuerdo a sus capacidades físicas, para evitar el agotamiento. Lo ideal es permanecer en el bosque durante unas cuatro horas, caminar apaciblemente a su alrededor, disfrutar del paisaje, descansar cuando haya necesidad, leer, y siempre cuidar la hidratación. El efecto terapéutico de esa excursión puede durar hasta siete días; por lo tanto, lo más recomendable sería ir al bosque al menos una vez por semana”, concluye Li.

Escribir para sanar

El journaling, o el hábito o la disciplina de llevar un registro escrito de lo que sucede en tu vida, es otra de las tendencias de bienestar que cada día suman más “autores” en el mundo. Es muy probable que tú, sin saberlo, lo estés haciendo. En esta práctica se utiliza la escritura como herramienta creativa de sanación. El objetivo es llevar un diario y vaciar la mente.

“Escribir requiere de un esfuerzo, una capacidad cognitiva y emocional, y relatar lo que está pasando en el mundo exterior nos permite entender mejor las circunstancias de la vida”, explica la médica psiquiatra Rocío Barrios, creadora del proyecto @Tualmaencalma. “El journaling, en condiciones ideales, deberíamos realizarlo constantemente, a mano alzada, con papel y lápiz, teniendo en cuenta qué nos motiva a hacerlo; dejando de lado los juicios, las críticas, y sin ningún tipo de expectativa”.

Hay múltiples formas de usar las palabras como medio de sanación emocional. Puedes hacer un diario de gratitud, explorar la escritura creativa (cuentos, poemas), o puedes escribir cada mañana tres hojas de papel –que nunca más volverás a leer– con las imágenes que vengan a tu mente para liberarte de los pensamientos obsesivos y las emociones perturbadoras. “El journaling es una sesión de aeróbicos para tu mente. La escritura es una de las herramientas terapéuticas más poderosas para ampliar el autoconocimiento y superar los traumas”, puntualiza Barrios.

Puppy yoga

Nada como el amor incondicional de una mascota. De hecho, el contacto habitual con perros y gatos beneficia nuestra salud física y mental. De acuerdo con la doctora Beth Frates, directora de Medicina, Estilo de Vida y Bienestar de la Universidad de Harvard, estos fieles amigos nos brindan sentido de pertenencia, conexión, satisfacción, además de fomentarnos sentimientos y hábitos positivos que hasta pueden mejorar las molestias cardiovasculares.

¿Y qué pasaría si, por ejemplo, sumáramos a algunos tiernos cachorros a nuestra sesión de yoga? Que esta se convertiría en una práctica más poderosa y benéfica. En eso consiste el Puppy Yoga, que ha ganado mucha fuerza en Estados Unidos y Europa. Mientras los reunidos realizan sus posturas habituales, curiosamente muchas de ellas tienen nombres de animales (el perro boca abajo, la posición del gato-vaca, entre otras), los pequeños perros caminan libremente cerca de ellos, algunos pueden acercarse y lamer al humano desconocido que está ahí en su colchoneta tratando de hacer el saludo al sol.

De acuerdo con Kristin Tarnowski, entrenadora avalada por el American Kennel Club, máxima autoridad canina del mundo, el Puppy Yoga tiene dos objetivos: “La socialización de los cachorros y la felicidad de las personas, muchas de las cuales afirman que esa hora de práctica es la más alegre de sus vidas”. Muchos de los pequeños perros terminan siendo adoptados por los yoguis que participan en las sesiones.

¡El metafitness!

A ese universo virtual conocido como metaverso, al que se puede acceder a través de un computador, un teléfono inteligente, una tableta y unas gafas de realidad aumentada, y donde hoy se puede comprar arte, artículos de moda e intercambiar variados objetos, ha llegado la onda fitness.

Ahora, además de poder personalizar tu avatar (la imagen que te representa en este universo), tendrás la posibilidad de ejercitarte y cumplir con tus metas saludables para el mes. Algunas compañías como la alemana fabricante de ropa deportiva, Gym Aesthetics; la neozelandesa creadora de entrenamientos por suscripción, Les Mills; o la marca estadounidense de bicicletas estáticas, Pelotón, ya están ofreciéndoles rutinas, productos y escenarios digitales a sus seguidores.

No importa en qué lugar del mundo te encuentres, se estima que dentro de pocos años podrás llevar a cabo inolvidables maratones o tours ciclísticos en las profundidades de lo virtual. Hoy, como lo escribió la periodista Brittany Chang en un artículo para el Business Insider, se puede correr en la Luna, a través de la simulación que se brinda en el gimnasio Roam149, en el Chelsea neoyorquino.

Y estamos seguros de que no tendrás que esperar mucho tiempo para que un día cercano, con la ayuda de unos lentes VR, y la caminadora que tienes en casa, puedas trotar cerca del río Sena, o en las inmediaciones de King’s Landing, con la música de Game of Thrones de fondo, y bajo la protección de algún dragón. O, por qué no, seguir rutinas HIIT (entrenamiento de intervalos de alta intensidad) sintiendo que estás allí, sudando al lado de un entrenador mitad humano, mitad Na’vi y acompañado por una legión que te alienta. Tendrás una realidad, no tan real, pero interesante, ¿no?

FUENTE: AMARILO